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PERCEPCIÓN


La percepción es el proceso mediante el cual el cerebro interpreta la información sensorial y la convierte en representaciones significativas del mundo exterior. Por medio de ella, el cerebro intenta encontrarle sentido a la mezcla de estímulos que inciden en nuestros órganos sensoriales. 

Percepción extrasensorial.
Percepción extrasensorial, o PES, se define como “una respuesta a un evento desconocido no presentado a ninguno de los sentidos conocidos”. La PES se refiere a una variedad de fenómenos, que incluyen la clarividencia (conciencia de un objeto o evento desconocido); la telepatía (conocimiento de los pensamientos o sentimientos de alguien más) y la precognición (conocimiento previo de eventos futuros). La operación de la PES y otros fenómenos psíquicos es el foco de atención de un campo de estudio llamado parapsicología.


Umbrales sensoriales.
La energía que alcanza un receptor debe ser suficientemente intensa para tener un efecto perceptible. La intensidad mínima de energía física requerida para producir una sensación se denomina umbral absoluto. La adaptación permite que nuestros sentidos estén profundamente sintonizados con las condiciones ambientales sin sobresaturarse.


Atención.
La atención es el primer paso en la percepción. Mediante la atención selectiva, usted limita su atención a ciertos estímulos mientras filtra los demás. La atención selectiva le impide saturarse de información externa. Explica por qué puede percibir ciertos estímulos y no otros. Le permite enfocarse en las palabras que lee en este momento, sin percibir los sonidos de un automóvil que pasa por afuera de su ventana o la sensación de los dedos de sus pies que tocan el interior de sus zapatos. Prestamos más atención a los estímulos que son significativos o que tienen un significado emocional.


Percepción del movimiento.
El movimiento es uno de los aspectos que más influyen en nuestra experiencia visual, pues hay movimiento en prácticamente todo lo que nos rodea, incluyendo el propio sujeto. Además, la percepción del movimiento resulta crucial para la supervivencia. Normalmente, la percepción del movimiento se basa en el hecho de que la imagen retiniana del objeto en movimiento cambia de un instante al siguiente aunque el sujeto (y, más concretamente, sus ojos) permanezcan estáticos (movimiento real). 

 —Movimiento aparente o ilusiones de movimiento, es decir, una experiencia subjetiva de movimiento idéntica a la que tiene lugar cuando un objeto se mueve realmente en el entorno pero en ausencia de dicho movimiento—

Uno de los principales tipos de movimiento ilusorio es el movimiento estroboscópico, que se produce cuando se encienden y apagan alternativamente dos estímulos luminosos separados espacialmente entre sí.
El movimiento inducido es otro tipo de movimiento ilusorio que se produce cuando un objeto estático parece moverse por encontrarse próximo a otro objeto en movimiento, normalmente de mayor tamaño. Otra ilusión de movimiento es el denominado movimiento autocinético, que se produce cuando el objeto carece de un marco de referencia visible como, por ejemplo, una estrella concreta relativamente aislada en el firmamento.


Modos de procesamiento visual: ascendente contra descendente.
En el procesamiento ascendente, el cerebro conjunta características específicas de formas, como ángulos y líneas, para formar patrones que podemos comparar con imágenes almacenadas que ya hemos visto antes. El procesamiento ascendente también puede utilizarse para combinar los elementos individuales de letras y palabras en patrones reconocibles. 
El procesamiento descendente se basa en la experiencia y el conocimiento adquiridos con los patrones, pero no es perfecto. 


Percepción visual: naturaleza básica.
En primer lugar, lógicamente, es preciso que en nuestro entorno existan elementos que puedan ser percibidos (estímulo distal). Además, tiene que haber una cantidad mínima de luz en el ambiente la luz que llega hasta los objetos y que éstos reflejan hasta nuestros ojos forma una imagen visual que constituye el punto de partida de la percepción (estímulo proximal). Para que haya percepción se necesita un sujeto perceptor, es decir, un organismo cuyo sistema visual funcione correctamente.


Fases de la percepción visual.
Normalmente se considera que la percepción visual tiene lugar en varias fases:
• Los primeros procesos de la percepción se le llama visión temprana. La primera información que se obtiene sobre nuestro ambiente visual es la relativa a propiedades sensoriales elementales, ya sea el color, el movimiento, la profundidad y especialmente la disposición espacial de los objetos (es decir, su orientación, tamaño y distancia con respecto al observador, aspectos que resultan fundamentales para la delimitación de la forma y la posterior identificación de los objetos). 
• El sistema visual ha desarrollado mecanismos específicos para lograr la constancia perceptiva de las diferentes características del estímulo (color, tamaño, etc.) Asimismo, las primeras operaciones de la percepción no reflejan ningún tipo de disposición que informe acerca de las características globales de la escena visual. Por tanto, el sistema visual también debe especificar de qué modo se organizan dichas características para poder relacionarlas con los distintos objetos y superficies presentes (organización perceptiva).
• El reconocimiento, es decir, la percatación consciente de la identidad y función de los objetos y entidades que nos rodean. El reconocimiento nos permite clasificar los objetos como miembros de una determinada categoría, lo cual aporta una importante cantidad de información acerca de su naturaleza y función. En general, se considera que el reconocimiento implica el establecimiento de algún tipo de correspondencia entre la información relativa al estímulo en la imagen visual y el conocimiento que el individuo ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo sobre la apariencia de los objetos. La percepción se va a entender como la elaboración de una representación cada vez más compleja de los distintos aspectos de información que pueden obtenerse a partir de la luz que reflejan los objetos.

Movimientos oculares. 
Los movimientos de los ojos tienen dos importantes funciones: en primer lugar, la fijación visual de los objetos de interés en la fóvea, es decir, el área central de la retina que posibilita una visión más nítida. En segundo lugar, los movimientos oculares tienen el fin de mantener la fijación en los objetos a pesar de que éstos o el propio observador se desplacen. Existen varios tipos de movimientos oculares:
• Los movimientos oculares sacádicos son los más importantes en el análisis de la escena visual. Estos movimientos consisten en cambios bruscos de los ojos con el objetivo de focalizar el objeto de interés. Estos movimientos son de carácter balístico, y tienen lugar de forma muy rápida. Durante la fijación sacádica tiene lugar la mayor parte de la percepción visual, pues mientras el ojo «salta» de un lugar a otro, la imagen «borrosa» obtenida por efecto de dicho movimiento no se percibe (supresión sacádica).
• Los movimientos uniformes o de seguimiento permiten mantener la focalización en el objeto cuando éste se mueve perpendicularmente a los ejes longitudinales de los ojos. Estos movimientos son más suaves y lentos que los sacádicos y son guiados. 
• Los movimientos de convergencia y divergencia tienen lugar con el fin de que el objeto fijado proyecte simultáneamente a la fóvea de ambos ojos.
• El vestíbulo ocular, tiene el fin de mantener la fijación en el objeto de interés a pesar de que la cabeza gire.
• Los movimientos optocinéticos se producen cuando la imagen completa se mueve en la retina.


Percepción del tamaño
Un efecto consustancial al desplazamiento de los objetos es el cambio de tamaño de su imagen en la retina. La percepción del tamaño no puede depender sólo del tamaño de la imagen del objeto en la retina, pues si ello fuese así, el tamaño percibido de los objetos cambiaría dependiendo de la distancia a la que se encuentren del observador. 
Las ilusiones de tamaño se pueden considerar una prueba de que el sistema visual considera en todo momento la distancia a la que se encuentran los objetos. Las ilusiones de tamaño no se producen sólo con estímulos bidimensionales, sino que también tienen lugar en situaciones naturales. En este sentido destacan la ilusión del espacio ocupado y abierto.


Decíamos pues que la percepción consiste en descifrar patrones significativos en la maraña de la información sensorial, y que nuestros sentidos nos proporcionan datos puros acerca de nuestro ambiente. Los sentidos actúan de modo que nuestros ojos registren patrones de luz y oscuridad, pero no “ve” un ave revoloteando de rama en rama; nuestro tímpano vibra de una manera particular, pero no “escucha” una sinfonía.
La percepción tiene lugar en el encéfalo. Usando la información sensorial como materia prima, el encéfalo crea experiencias perceptuales que van más allá de lo que sentimos directamente. 

• Organización perceptual.
Una faceta importante de la percepción es la distinción de las figuras con respecto al fondo contra el que aparecen. Poniendo un ejemplo sencillo: una silla con tapicería colorida sobresale contra las paredes desnudas de una habitación, lo que hace de nuestra distinción figura-fondo atañe a todos nuestros sentidos, no sólo a la visión. 

• Constancias perceptuales.
La constancia perceptual se refiere a la tendencia a percibir los objetos como relativamente estables e inalterables a pesar de los cambios en la información sensorial. Una vez que hemos formado una percepción estable de un objeto, podemos reconocerlo casi desde cualquier posición, casi cualquier distancia, bajo casi cualquier iluminación.
Los objetos familiares también tienden a ser vistos con una forma constante, aunque las imágenes retinianas que arrojan cambien al verlos desde diferentes ángulos (esto se denomina constancia de forma). La constancia perceptual, basada en la memoria y la experiencia, también influye en la forma que vemos los rostros y las figuras humanas.

• Percepción de distancia y profundidad.
La habilidad para juzgar distancia y profundidad es de crucial importancia para que un organismo se mueva con libertad en su entorno. También las personas deben juzgar constantemente la distancia entre ellas y otros objetos, un ejemplo muy bueno de ello sería: cuando se camina por una habitación, nuestra percepción de la distancia nos ayuda a no tropezarnos con los muebles. Si extendemos la mano para recoger un lápiz, automáticamente juzgamos a qué distancia debemos extender el brazo. Por supuesto, también evaluamos la profundidad de los objetos, es decir, qué tanto espacio total ocupamos. Esto es un proceso mucho más notable de lo que la mayoría de la gente se percata, ya que  la imagen del mundo sobre la retina es esencialmente plana o bidimensional, pero percibimos el mundo como tridimensional, para hacerlo, utilizamos varias señales sutiles para determinar la distancia, profundidad y forma de los objetos. Algunas de esas señales dependen de los mensajes visuales que un ojo solo puede transmitir; a éstas se les llama señales monoculares. Otras, conocidas como señales binoculares, requieren el uso de ambos ojos. La visión binocular nos permite hacer juicios más precisos acerca de la distancia y la profundidad, en particular cuando los objetos están relativamente cerca. Pero las señales monoculares por sí solas a menudo son todo lo que necesitamos para juzgar con bastante precisión distancia y profundidad.

• Percepción del movimiento.
La percepción del movimiento implica información visual de la retina y mensajes de los músculos alrededor de los ojos cuando siguen un objeto; depende sólo en parte del movimiento de las imágenes a través de la retina del ojo.
Existen varios tipos de movimientos:
• El movimiento real se refiere al desplazamiento físico de un objeto de una posición a otra.
• La percepción del movimiento real parece estar menos determinada por imágenes que cruzan la retina que por la forma en que la posición de los objetos cambia en relación con el fondo percibido como inmóvil. 
• El movimiento aparente es una ilusión que ocurre cuando percibimos movimiento en objetos que en realidad están estáticos. Una forma de movimiento aparente se conoce como ilusión autocinética, el movimiento percibido creado por un solo objeto estático.
• La ilusión del movimiento estroboscópico se genera por una rápida serie de imágenes estáticas.
• El fenómeno phi ocurre como resultado del movimiento estroboscópico. Cuando se proyecta una luz en cierto punto de un cuarto oscuro, y luego se apaga, y una segunda luz se enciende una fracción de segundo más tarde a una corta distancia de la primera, la mayoría de la gente percibirá esas dos luces separadas como un solo punto de luz que se mueve de un lugar a otro.

• Ilusiones visuales.
Las ilusiones visuales demuestran gráficamente las maneras en que usamos una variedad de señales sensoriales para crear experiencias perceptuales que pueden corresponder (o no) con lo que sucede en el mundo real. Al entender cómo somos engañados al “ver” algo que no está ahí, los psicólogos pueden comprender las maneras en que los procesos perceptuales operan en el mundo cotidiano y en circunstancias normales.
Las ilusiones perceptuales por lo regular ocurren porque el estímulo contiene señales engañosas que distorsionan el tamaño u orientación percibida de objetos comunes, lo que da lugar a percepciones inexactas o imposibles. Las películas tridimensionales también operan de acuerdo con el principio de que el encéfalo puede ser engañado para ver tres dimensiones si se presentan imágenes ligeramente diferentes a los ojos izquierdo y derecho (con base en el principio de disparidad retiniana).

• Características del observador: diferencias individuales y cultura.
Además de la experiencia previa y el aprendizaje, diversos factores personales colorean nuestra percepción. Por ejemplo, nuestra familiaridad con un símbolo u objeto afecta nuestra expectativa de cómo debería verse éste, incluso si observamos cambios sutiles en su apariencia. Nuestras percepciones también son influidas por nuestras formas individuales de tratar con el ambiente y por nuestros antecedentes culturales, valores, motivación, personalidad y estilo cognoscitivo.


SOBRE EL CONCEPTO DE PERCEPCIÓN.

• La naturaleza de la percepción. 
En las últimas décadas el estudio de la percepción ha sido objeto de creciente interés dentro del campo de la antropología, sin embargo, este interés ha dado lugar a problemas conceptuales pues el término percepción ha llegado a ser empleado indiscriminadamente para designar a otros aspectos que también tienen que ver con el ámbito de la visión del mundo de los grupos sociales, independientemente de que tales aspectos se ubiquen fuera de los límites marcados por el concepto de percepción. 
Se vuelve un problema mayor cuando el mal uso del concepto da lugar a sesgos analíticos y cuando el resultado de la investigación se ubica dentro del ámbito del desarrollo teórico-conceptual de las ciencias
La percepción es biocultural porque, por un lado, depende de los estímulos físicos y sensaciones involucrados y, por otro lado, de la selección y organización de dichos estímulos y sensaciones. Las experiencias sensoriales se interpretan y adquieren significado moldeadas por pautas culturales e ideológicas específicas aprendidas desde la infancia.

• Los conceptos de percepción.
Una de las principales disciplinas que se ha encargado del estudio de la percepción ha sido la PSICOLOGÍA y, en términos generales, tradicionalmente este campo ha definido a la percepción como el proceso cognitivo de la conciencia que consiste en el reconocimiento, interpretación y significación para la elaboración de juicios en torno a las sensaciones obtenidas del ambiente físico y social, en el que intervienen otros procesos psíquicos entre los que se encuentran el aprendizaje, la memoria y la simbolización. 
Uno de los aspectos que ha sido privilegiado en los estudios tanto psicológicos como filosóficos sobre percepción es el de la elaboración de juicios, que se plantea como una de las características básicas de la percepción. En el proceso de la percepción están involucrados mecanismos vivenciales que implican tanto al ámbito consciente como al inconsciente de la psique humana.
En contra de la postura que circunscribe a la percepción dentro de la conciencia han sido formulados planteamientos psicológicos que consideran a la percepción como un proceso construido involuntariamente en el que interviene la selección de preferencias, prioridades, diferencias cualitativas y cuantitativas del individuo acerca de lo que percibe (este proceso se denomina preparación); al mismo tiempo, rechazan que la conciencia y la introspección sean elementos característicos de la percepción.
En el proceso de la percepción se ponen en juego referentes ideológicos y culturales que reproducen y explican la realidad y que son aplicados a las distintas experiencias cotidianas para ordenarlas y transformarlas (cabe resaltar aquí a uno de los elementos importantes que definen a la percepción, el reconocimiento de las experiencias cotidianas).

• Las fronteras del concepto de percepción.
Una de las razones por las que el concepto de percepción se ha confundido con otros conceptos relacionados con la cosmovisión, como los valores sociales, la  actitudes, las creencias, los roles y otros elementos de las prácticas sociales (como se indicó al principio), es que las fronteras mutuas se traslapan en tanto que todos éstos se refieren a conjuntos de estructuras significantes que describen cualitativamente a las vivencias, es decir que proporcionan los referentes a partir de los cuales se asignan calificativos, cultural e ideológicamente construidos, para las características atribuidas al entorno.












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