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SENSACIÓN


Las sensaciones, que incluyen olores, imágenes, sonidos, sabores, equilibrio, tacto y dolor, son los datos puros de la experiencia. Recordemos igualmente (y especialmente) que la sensación es el medio por el cual recibimos, transformamos y procesamos los estímulos que inciden en nuestros órganos sensoriales en impulsos nerviosos, o señales, que el cerebro utiliza para crear las experiencias de vista, oído, gusto, olfato, tacto, etcétera. Los receptores sensoriales se encuentran en todo el cuerpo: en órganos como los ojos, oídos, nariz y boca y en zonas menos obvias, como las articulaciones y músculos del cuerpo, y en toda la piel.

Como bien se mencionó, se conocen más comúnmente los sentidos de la vista, oído, gusto (que igualmente se explicarán) y entre otros más, pero dentro de esta sección daremos espacio para hablar acerca de otros sentidos que seguramente no sabías que estaban allí. 


Adaptación.

La adaptación es el proceso por el cual nuestros sentidos se ajustan a diferentes niveles de estimulación. En la adaptación visual la sensibilidad de los bastones y los conos cambia de acuerdo con la cantidad de luz disponible. Se podría decir que este es el "primer paso" para que todas nuestras sensaciones actúen de una manera adecuada. 


Visión de colores. 

Los seres humanos, al igual que muchos animales (pero no todos) ven en color, al menos durante el día. La visión de color es sumamente adaptativa para un animal que necesita saber cuándo está madura la fruta o cómo evitar plantas y bayas venenosas (que tienden a ser de un tono brillante), al igual que hicieron nuestros ancestros.

La teoría tricromática explica cómo combinar los colores primarios para producir cualquier otro matiz. También da cuenta de algunos tipos de ceguera al color. Los psicólogos actuales creen que tanto la teoría tricromática como la del proceso oponente son válidas, pero en diferentes etapas del proceso visual.


Visión.

Con la visión podemos percibir el menor detalle de los objetos cercanos, captar amplios panoramas de campos abiertos y montañas distantes o mirar las estrellas situadas a cientos de años luz. La visión califica como el sentido más importante.



Audición. 
La audición empieza cuando las ondas sonoras chocan contra el tímpano y lo hacen vibrar. La agitación del tímpano provoca que tres minúsculos huesos del oído medio, el martillo, el yunque y el estribo, se golpeen en secuencia y lleven las vibraciones al oído interno. Las vibraciones de la ventana oval, a su vez, son transmitidas al líquido dentro de una estructura con forma de caracol llamada cóclea. La cóclea está dividida a lo largo por la membrana basilar, la cual es rígida cerca de la ventana oval pero gradualmente se vuelve más flexible hacia su otro extremo. Cuando el líquido en la cóclea empieza a moverse, la membrana basilar se tensa en respuesta.
La visión y la audición dominan la conciencia humana; confiamos principalmente en esos dos sentidos para obtener información acerca de nuestro ambiente. Nuestros otros sentidos —incluyendo el olfato, el gusto, el equilibrio, el movimiento, la presión, la temperatura y el dolor— también están en juego, aun cuando tenemos menor conciencia de ellos. ¿Sabías tú que nuestra audición es igualmente adaptativa? Pues sí, al igual que otros sentidos, la audición experimenta adaptación, de modo que es capaz de funcionar de manera óptima en una amplia variedad de condiciones.


Olfato.
De todos nuestros sentidos, el olfato es el más primitivo y evocador. Encontramos algunos aromas atrayentes y otros repulsivos, pero rara vez percibimos los olores como neutrales. Nuestro sentido del olfato experimenta adaptación, de manera muy similar a los otros sentidos. Aunque podemos discriminar entre un gran número de olores, en ocasiones resulta difícil identificar muchos olores familiares. 
Nuestro olfato es desempeñado por cinco millones de receptores de olor de varios tipos que se alinean en nuestros pasajes nasales. El olfato es un factor clave para el sabor de los alimentos.


Gusto. 
El gusto, igual que los otros sentidos, demuestra adaptación. Por ejemplo, cuando uno come cacahuates salados, lo salado es bastante fuerte al principio, pero gradualmente se vuelve menos perceptible. Además, la exposición a una cualidad del gusto a menudo modifica otras sensaciones del gusto; por ejemplo, después de cepillarse los dientes en la mañana advertirá que el jugo de naranja ha perdido su dulzura. 
Los sabores son percibidos por unos receptores llamados células receptoras gustativas. Estas son células nerviosas localizadas dentro de los poros o fisuras de la lengua, llamadas papilas gustativas. 


Tacto. 
Cerca de medio millón de receptores para el tacto y la presión están distribuidos en todo el cuerpo. Estos transmiten información sensorial a la medula espinal, la cual los envía hacia la corteza somato sensorial, que es la parte del cerebro que procesa información de nuestros receptores de la piel, y nos hace conscientes de cómo y donde hemos sido tocados. Muchos receptores del tacto están localizados cerca de la superficie de la piel, estos se encienden cuando la piel es palpada ligeramente: acariciada, golpeada o palmeada.


Dolor.
El dolor funge como señal de advertencia, diciéndonos que hemos sido lastimados o que algo está mal. Demanda nuestra atención y nos impulsa a actuar. El dolor también nos dice que nuestro cuerpo está luchando e informa a nuestras defensas cuándo han reaccionado demasiado y les indica detenerse. 


Sentidos cinestésico y vestibular. 
La cinestesia es el sentido corporal que lo mantiene informado sobre los movimientos de las partes de su cuerpo y sus posiciones entre sí. Este sentido hace posible que se toque la nariz o las orejas con los ojos cerrados o incluso vendados, conducir una bicicleta sin mirar los movimientos de sus piernas, escribir en computadora sin mirar el teclado y lavar la parte trasera de su cuello sin verse al espejo.

El sentido vestibular monitorea la posición de su cuerpo en el espacio y lo ayuda a mantener su equilibrio. Detecta aceleración u orientación en su cuerpo mientras se mueve, si su cabeza rota y cuanto lo hace. Por lo tanto, le permite saber cuándo acelera o disminuye su velocidad el auto o el tren en el cual se transporta, si se detiene o si cambia de dirección.
 

¿No te has percatado que la mayoría (sino es que todas) de nuestros sentidos son adaptativos? Efectivamente. Dependiendo pues de nuestro entorno es como cada uno de nuestros sentidos empieza a familiarizarse con ello. 

Para que nuestra sensación ‘exista’, es necesario la concurrencia de estos elementos bien importantes.
• El estímulo: o sea, el objeto o fenómeno que impresiona un órgano sensorial.
• El órgano sensorial: que se excita ante el estímulo, el órgano sensorial o receptor debe encontrarse en normal estado de funcionamiento, de no ser así, el estímulo no lo impresionaría
• El nervio sensitivo: que transmite la impresión al centro nervioso respectivo. Estos nervios están constituidos por neuronas (células nerviosas) y forman la vía sensitiva que enlaza al órgano sensorial con el respectivo centro nervioso de la corteza cerebral.
• El centro nervioso: que se encuentra en la corteza cerebral. Se ha logrado incluso ubicar algunos centros, ya sea el visual, que está localizado en la parte posterior del lóbulo occipital; el auditivo, que está en la parte superior de lóbulo temporal; los centros táctiles, especialmente detrás de la llamada cisura de rolando, y entre otros.

Dentro de este punto hablaremos y explicaremos la estructura de cada uno de nuestros sentidos. 

ESTRUCUTRA DE NUESTROS SENTIDOS.

Sensaciones visuales: nuestro sentido de la vista nos permite recibir información visual desde unos cuantos centímetros de distancia. La luz es una energía física en forma de radiación electromagnética; los rayos X, las ondas ultravioletas y las de radio son otras formas de ese tipo de energía. La luz visible es la porción del espectro de radiaciones electromagnéticas que da origen a nuestro sentido de la vista.


Sensaciones auditivas: su órgano sensorial es el oído: son sensaciones de sonidos y ruidos. Escuchamos al percibir ondas de sonido, las cuales son el resultado de los cambios en la presión del aire o del agua. Cuando las ondas de sonido inciden en el oído, ocasionan la vibración de algunas partes de este. Esas vibraciones, después, se convierten en señales eléctricas que son enviadas al cerebro.


Sensaciones olfativas: su órgano sensorial es la membrana pituitaria de la nariz. Son sensaciones de olores y se dan unidas con sensaciones gustativas. La estimulación del olor o del sentido del olfato depende de la capacidad para detectar la forma de las moléculas de las sustancias químicas, labor que es desempeñada por alrededor de cinco millones de receptores de olor de varios tipos que se alinean en nuestros pasajes nasales.


Sensaciones gustativas: su órgano sensorial está constituido por las papilas de la lengua. Se distinguen cuatro sabores fundamentales: dulce, agrio, amargo y salado. El gusto, igual que los otros sentidos, demuestra adaptación. Los sabores son percibidos por unos receptores llamados células receptoras gustativas. Estas son células nerviosas localizadas dentro de los poros o fisuras de la lengua, llamadas papilas gustativas. 


Sensaciones táctiles: se experimentan a través de la piel, particularmente en algunas zonas, sobre todo en las yemas de los dedos. Esta sensación es de dos clases: de presión y de contacto, derivados de ellas son las sensaciones de suavidad, aspereza, blandas, puntiagudas, romas, entre otros. Cerca de medio millón de receptores para el tacto y la presión están distribuidos en todo el cuerpo. Estos transmiten información sensorial a la medula espinal, la cual los envía hacia la corteza somato sensorial, que es la parte del cerebro que procesa información de nuestros receptores de la piel, y nos hace conscientes de cómo y dónde hemos sido tocados.


Sensaciones doloríficas: se sienten parte en la superficie de la piel y parte en el interior del organismo: Hay sensaciones doloríficas sordas y sensaciones doloríficas punzantes y agudas.  El dolor también nos dice que nuestro cuerpo está luchando e informa a nuestras defensas cuándo han reaccionado demasiado y les indica detenerse (esto entraría en nuestro sentido cenestésico). 


Sensaciones Kinestésicas: son las que nos informan sobre la posición, tensión y resistencia de miembros, nos dan conciencia del esfuerzo físico y coordinan los movimientos. Su órgano sensorial puede deducirse que se encuentra en los músculos, tendones y articulaciones. Se siente al levantar peso, lanzar una bola al cesto de básquet, etc.












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